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8 de septiembre de 1903, muerte del cacique Valentín Sayhueque, por Luis Felipe Sapag.

Comparto mi homenaje en sesión del día 13 de septiembre de 2017 al CACIQUE VALENTÍN SAYHUEQUE, al conmemorarse 114 años de su muerte.


El cacique Valentín Sayhueque recluido en la Colonia 16 de Octubre, con él desaparece el último monarca indígena, que sintiéndose argentino, prefirió entregarse antes de huir a tierras extranjeras.


“Su historia es muy particular porque Chocorí, su padre, y él, tenían un proyecto muy interesante que podemos decir que es un anticipo de la interculturalidad dado que, Sayhueque -esto está registrado- defendía la argentinidad. Está registrado porque que su herquén se llamaba Loncochino, era un muchacho que había sido educado por salesianos, escribía muy bien, y la diplomacia de Sayhueque era llevada prolijamente en los libros que escribía Loncochino. Y él empezó una verdadera diplomacia con el gobierno de Chile y con el gobierno Argentino, con el Gral Roca, y donde postulaba en aquella época la coexistencia de dos naciones en una misma república. El se refería a los diferentes pueblos Huiliches, puelches...etc.

Hubo negociaciones, comerciaban, tenían propiedades, y fue él quien tempranamente dejó la metodología de los malones y se dedicó a cultivar la tierra y el ganado. El gobierno de Roca lo traicionó, malamente, porque si bien alentaba su proyecto de interculturalidad, -pero sin aviso- vino la invasión de 1898. 
A partir de ahí, fue la terrible guerra, la masacre, él fue el ultimo que se rindió. Algunos afirman que tenía un enfrentamiento fuerte con Purrán, porque éste prefería ser chileno, y Sayhueque prefería ser argentino. 
Lo cierto es que cuando es derrotado, él tuvo la oportunidad de escapar a Chile, -también está registrado- y decidió quedarse porque tenía la esperanza de negociar. El se quedó en la Argentina por sentirse argentino. 
Fue malamente traicionado, pasaron un par de décadas, hasta que finalmente le dan un pedazo de tierra espantosa que se llama Piedra del Sotel en Chubut, o sea, lo sacaron de su lugar original y le dieron un pedregal, vivieron dos generaciones de la familia Sayhueque, y lamentablemente, allá por los ´30 y los ´40 estaban endeudados con el mayorista de la zona que se quedó con las tierras. Las pudieron recuperar hace poco, pero durante años pasaron por la miseria, el abandono y la marginalidad.
Eso en Neuquén no pasó ni va a pasar nunca, porque en el primer gobierno de Felipe Sapag, conociendo estas historias de aquella época, había tal estigmatización de los pueblos originarios que les llamaban “reservaciones”; y para evitar eso se innovó institucionalmente y se creó la figura de la sociedad civil, de la personería jurídica, y la tierra se les concedió: más de 500 mil hectáreas a mas de 40 comunidades. Se les cedió la tierra a la personería jurídica de manera de conseguir dos objetivos: respetar la propiedad comunitaria de la tierra, y evitar que por las desgracias del capitalismo salvaje, las pudieran perder.”

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