Esto
resultaba chocante en nuestro país, a nadie le gustaba ver al joven
negro corriendo descalzo, tirando de un carrito en el que viajaba muy
cómodo su amo.
Como
resultado de todo ello, se formalizó una reunión entre el comisario,
subprefecto y personas prominentes del pueblo, resolviéndose informar a
Mister Smart de lo desagradable que resultaba para la población el
contemplar este tipo de transporte, aunque en otros paises del mundo
fuera muy popular. Bueno...informado el señor Smart sobre el particular,
con la mejor sonrisa contestó: - "Está bien, no hay problema, en el
próximo vapor cambio de medio de transporte."-
Y
así fué. Un barco de ultramar trajo una magnífica carroza negra,
brillante y a sus dos caballos negros que conducía el negro Gerónimo
totalmente uniformado de negro, con su alta galera negra y guantes
negros sobre su negra piel.
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